Tambien conocidas como casas inteligentes se caracteriza por la aplicación de la tecnología en el diseño de los espacios. Su objetivo es optimizar el confort, el cual se ha revolucionado a partir de las comunicaciones inalámbricas y la robótica. Estas permiten ejercer un control remoto de la automatización. En sus primeras épocas la contruccion de las llamadas primeras casas inteligentes buscan disminuir el gasto energético, luego de que se creara Internet se pudo mejorar aún más la automatización de la seguridad y las comunicaciones en las construcciones. Estos diseños sirven además para mejorar la calidad de vida que las personas. De esta manera la tecnología se pone al servicio de la sociedad.
Este concepto se asocia mayoritariamente a la conectividad de algunos dispositivos. Por ejemplo, hoy ya existen termostatos inteligentes que basan su intensidad en sensores de movimiento que les orientan sobre si hay alguien o no en casa, y el teléfono móvil se ha convertido en un mando a distancia desde el que activar electrodomésticos, subir o bajar persianas, abrir o hasta seguir en tiempo real el estado de las plantas de nuestro jardín.
Este tipo de arquitectura no sólo se refiere regular las condiciones de temperatura y humedad en su interior para que siempre sean óptimas, tambien incluye varios sistemas de conservación de la energía que las convierten en viviendas sostenibles.
Entre esos sistemas figura su cobertura en parasoles que responden a los cambios de iluminación en el cielo y a la posición del sol, manteniendo su interior fresco sin necesidad de un gasto enorme en aire acondicionado, y buscando también la mayor cantidad de luz natural posible.
Lo que se busca con una casa inteligente es que sea luminoso, que no se mueran de calor en verano y se congelen de frío en invierno.
«Hay un modelo falso, que se disfraza bajo la etiqueta de sostenible, que sí es caro. Pero si se hace bien desde el principio -optimizando materiales y utilizando recursos naturales- no tiene por qué serlo.
Cubiertas solares, fachadas ventiladas, elementos modulares bioclimáticos para conseguir el mejor comportamiento térmico… Algo tan sencillo como aprovechar los recursos –propios e ilimitados- que nos ofrece la naturaleza. Sin devastarla. Y disminuyendo la factura energética.
Las viviendas no tienen por qué estar únicamente destinadas a proporcionar refugio. Ahora, las estructuras pueden ser diseñadas para responder a los fenómenos naturales, las condiciones subterráneas, la permeabilidad de los materiales y el consumo de energía. Los beneficios son múltiples: aparte de un consumo energético ‘casi cero’ y una mayor rentabilidad económica, la vida útil de las edificaciones se alarga, ya que la autosuficiencia es análoga a la durabilidad.
La arquitectura debe estar abierta al cambio. Si la arquitectura no cumple esa función, enfocada a la reutilización, a la sostenibilidad y al servicio de la ciudadanía, será un fracaso
Los constantes avances tecnológicos contribuyeron a que gradualmente se dejaran de construir sólo grandes edificios siguiendo la propuesta de la domótica. Fue así como paulatinamente el control de la iluminación, la climatización, los sistemas de vigilancia, la prevención de incendios o el control del riego estuvo disponible para las propiedades particulares. Estos sistemas permiten alertar ante la presencia de intrusos en el domicilio, pero también permite detectar escapes de agua, o concentración de gases que son tóxicos al ser inhalados. Con la masificación de los smartphones y tablets es más accesible realizar las tareas de verificar a distancia las condiciones del hogar, porque además es posible verificar todo desde un mismo dispositivo.
Están las aplicaciones que trabajan sobre el consumo de energías para poder ejercer un mejor control y racionalización. Así es posible configurar los equipos de calefacción para que se enciendan antes del regreso al hogar para calefaccionarlo. Así se evita dejar los artefactos encendidos derrochando recursos. De igual manera se pueden usar para verificar no haber dejado luces prendidas, por ejemplo, permitiéndo apagarlos remotamente desde los dispositivos tecnológicos. Algunas utilidades pueden tener una doble función. Por un lado la posibilidad de chequear el estado de puertas y ventanas puede ser pensado para prevenir actos de inseguridad y robos. Pero también sirve cuando las condiciones climáticas varían imprevista y rápidamente, y podemos ser víctimas de los daños de una fugaz pero intensa lluvia si se dejado una ventana abierta.
Los beneficios de la arquitectura domótica son funcionales a poder apartarse por un período vacacional del propio domicilio. Mediante la configuración de programas de riego, encendido y apagado de luces o de equipos audiovisuales se puede simular la normal presencia de los ocupantes de la propiedad.
A la hora de encarar un proyecto de estas características es necesario hacer un profundo estudio para establecer las relaciones de costo y beneficio. Esto implicará un incremento notable del presupuesto, por lo que será necesario hacer una proyección acerca del ahorro y las utilidades a largo plazo. También de las necesidades de mejora de calidad de vida de quienes aprovecharán los beneficios.