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Es importantes tomar en cuenta lo siguiente para empezar con buen pie la construcción de tu proyecto.

Vivir con la persona amada supone iniciar un proyecto en común en el que hay que llegar a acuerdos, desde dónde residir hasta si se desea tener hijos. Encontrar el equilibrio entre los planes vitales de cada uno permitirá que el amor siga creciendo.

Cómo construir un proyecto con tu pareja

Un día sentimos que nos ha llegado una relación especial en la que algo diferente sucede, algo que nos empuja al intento de construir una relación duradera, estable, para toda la vida. Aparece la semilla de construir nuestro propio hogar y echar raíces, es aquí donde nos encontramos con el problema de satisfacer necesidades de dos individuos que construyen una vida juntos.

Te planteamos estos consejos que te ayudaran en este proceso:

El proyecto de vida no nace con la pareja. Todos tenemos, antes de estar en pareja, un proyecto de vida. Y digo que lo tenemos –nos lo hayamos propuesto o no– porque el proyecto es la forma como nos gustaría vivir. Todos tenemos gustos, ambiciones y sueños que van modelando las ideas acerca del lugar donde queremos pasar nuestra vida.

A veces se menosprecian estas diferencias por que “el amor lo puede todo”. Sin embargo, volviendo a tomar una de mis metáforas preferidas,  necesitamos averiguar si uno es un pájaro y el otro es un pez, porque un pez y un pájaro se pueden enamorar, pero ¿dónde van a vivir?

Generalmente, antes de tomar la decisión de formar una vida juntos, transcurre el tiempo suficiente para que salgan a la luz los gustos, las ambiciones y el estilo de vida que queremos tener. En ocasiones, hay decisiones que se presentan muy claramente, como si estuvieran por escrito como: “Quiero vivir en el campo”. Pero no siempre está todo tan claro. La mayoría de las veces nos vamos dando cuenta del modelo de proyecto del otro a lo largo de la convivencia. Es entonces cuando van surgiendo los deseos y gustos de cada uno, Es importante prestar atención a lo que se mueve dentro de nosotros cuando el otro cuenta sus deseos y evaluar que tan compatibles son con los nuestros.

No hay una medida que defina cuánto se tiene que coincidir para decidir formar uno en común. Cuando la pareja está formada por dos personas con necesidades y estilos muy diferentes, es importante primero que nada aceptar que existen estas diferencias para entonces poder llegar a acuerdos.

La mayoría de las personas eligen vivir en pareja a pesar del gran desafío que esto representa. Para compartir un espacio en pareja es preciso un lugar de crecimiento y de expansión personal para los dos.

Por esta razón, los planes personales de cada uno necesitan realizarse, al menos parcialmente. Si uno sacrifica todos los deseos, tarde o temprano eso “pasará factura” esto no quiere decir que no puedas ceder en algunas cosas y es este el punto donde podemos llegar a negociaciones que permitan el desarrollo personal de ambos.

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