Esta tecnología, similar a las vitrocerámica, puede resultar un poco más costosas, pero calienta el doble de rápido, gastan menos electricidad y se limpian fácilmente.

En los últimos años las estufas han sido reemplazadas por placas de vitrocerámica o de inducción.
Para diferenciar entre unas y otras, además del precio, lo mejor es saber sobre su funcionamiento. Mientras que las vitrocerámicas funcionan a través de una resistencia que se calienta hasta llegar a temperaturas muy altas y el calor es recogido por el cristal, que a su vez calienta cualquier recipiente que esté sobre él. Al calentarse, estas se iluminan de rojo, sin embargo el color se borra al apagarse el artefacto, aún cuando el calor no se haya disipado del todo.
Las placas de inducción son distintas: su forma de funcionar no se basa en calor directo a la superficie de cristal, más bien se crean campos magnéticos generados por una bobina eléctrica y que son captados únicamente por un tipo de metales especiales.

En el sorprendente mundo de la física, un objeto metálico expuesto a un potente campo electromagnético genera una corriente eléctrica llamada de Foucault, que produce una disipación de la energía y un calentamiento de los objetos.
Por esto, cuando se toca una placa de inducción ésta no quema: ¡las manos no son un metal! Asimismo, cuando la comida se desborda de los recipientes, estos no se queman ni tampoco se pegan a la placa.
Sabiendo cómo funciona cada una, se pueden evaluar las ventajas y desventajas de cada tipo de placa.
Las de inducción comparten ciertas ventajas con las tradicionales, por ejemplo, son muy fáciles de limpiar pues basta pasar un paso suave y si acaso queda algún resto de comida, incluyen una especie de espátula que no daña la superficie. Además, están especialmente adaptadas para soportar grandes pesos y resistir golpes o los choques con utensilios de cocina.
Las placas de inducción calientan únicamente el recipiente colocado sobre estas, no la placa intermedia, por esto necesitan accesorios especiales para utilizarlas pues no se puede emplear acero inoxidable y su base debe ser plana. Al contrario de las vitrocerámicas, que calientan toda el área y no requieren de utensilios especiales.

Esta es la única desventaja de las de inducción pues, su costo es un poco mas elevado, sin embargo la comparativa entre ambas señala que estas son 75% más rápidas que las vitrocerámicas y consumen 37% menos electricidad, lo que a la larga se traduce en un ahorro.