Las plantas y flores aportan frescura, purifican el aire, perfuman el ambiente, atraen pájaros y mariposas y son capaces de transformar con su belleza el paisaje más desolador. Si abrimos nuestra casa hacia al jardín dejaremos entrar toda esa explosión de vida a nuestro hogar.
Integrar naturaleza al interior de nuestra vivienda es entonces el objetivo. Si tenemos un jardín abriremos las puertas a el para dejar entrar la primavera…
Abrirse al jardín
Si tenemos la fortuna de contar con un jardín es un pecado dejarlo afuera… No nos conformemos con salir al jardín de vez en cuando, ¡invitémoslo a pasar y disfrutémoslo a diario!: cambiemos paredes por enormes ventanales y dejemos que el verde nos invada y enriquezca nuestra vida cotidiana.
Crear un jardín interior
Un hall o alguna habitación de servicio un poco abandonada pueden convertirse en un hermoso jardín de invierno o jardín de interior. Bastará asegurarnos el ingreso de luz natural y elegir las variedades adecuadas de plantas para generar un espacio verde donde podremos leer, juntarnos a hacer la tarea con los chicos o simplemente relajarnos un rato.
Vivir en la galería

Si equipamos la galería con cerramientos corredizos y calefacción podremos extender su uso incluso durante las temporadas frías, y seguir conectados al jardín todo el año.
Revitalizar e integrar los patios
Muchas veces los pasamos por alto por pequeños o poco atractivos. Menospreciados, no pasan de ser meros huecos de aire y luz o, peor, acaban convertidos en improvisados depósitos donde arrumbamos todo tipo de objetos en desuso.
¡Vamos al rescate de ese patio abandonado! Podemos llenarlo de plantas con flores en pequeñas macetas, o armar un pequeño jardín zen, o instalar grandes macetones con alguna planta de porte o enredaderas que cubran las paredes, o armar una colección de cactus y suculentas, u orquídeas.
Las posibilidades son infinitas; antes de decidir habrá que considerar la superficie disponible y las condiciones de sol/sombra del patio por un lado, y por el otro ver con qué ambiente de la casa se comunica.
Muros que cobran vida
También podemos convertir ese triste muro desnudo frente a nuestra ventana en un deslumbrante jardín vertical. No son complejos de montar y, eligiendo las variedades de plantas adecuadas, no requieren de mucho riego ni mantenimiento.
Un jardín vertical consta básicamente de una estructura portante (puede ser metálica, plástica o de madera), membrana geotextil (un material que sostiene el sustrato y permite el drenaje), el sustrato propiamente dicho (tierra fértil, generalmente mezclada con vermiculita para optimizar la regulación de la humedad) y las plantas ornamentales.
Los muros verdes o jardines verticales son tendencia, para los que no se animen a armar el suyo hay paisajistas que se especializan en su diseño y construcción.
Invasión de plantas
Cuando no hay jardín y no tenemos siquiera un patio o balcón donde armar una zona ajardinada, con un poco de ganas y mucha creatividad aún podemos traer el verde al interior de nuestra casa.
En vez de disponer de macetas aisladas podemos aprovechar un rincón con buena luz natural y armar un buen conjunto de muchas plantas, que se destaque y provoque el efecto de un pequeño jardín.
Pequeños jardines perfumados
Colocar macetas con aromáticas en las ventanas, donde reciban buen sol, es una manera sencilla de traer el verde a la casa.
Las aromáticas son en general plantas rústicas que se desarrollan muy bien con poco riego y escaso mantenimiento. Podemos elegir lavandas para la ventana del living o el cuarto y armar una jardinera con romero, salvia y tomillo para la ventana de la cocina; además de un toque verde y perfumado tendremos condimentos frescos siempre a mano.