
No solo las casas construidas con placas solares o complejos sistemas de eficiencia energética, tienen la exclusiva para ser casas sostenibles, ecológicas, sanas. Tener una casa más ecológica y menos tóxica depende de la forma de consumir y vivir. «Son tus hábitos los que marcan que eres realmente sostenible» Este es el punto de partida y estos consejos para hacer posible el cambio de relación con nuestro entorno:
1. Vive con menos
Es una de las claves de la ecología y del consumo responsable. Pero no como etiqueta o moda. «Es preocupante tomarlo como una tendencia», «El minimalismo no es tirar lo que tienes. Es no comprar más de lo que necesitas aplicado a todo: a las lentejas, a los muebles y a la ropa. El ritmo del planeta no aguanta nuestro consumo. Hay que consumir menos y reutilizar… No necesitas tantas cosas que luego, además, has de limpiar. Dale más valor a tu tiempo».
2. Repiensa tu despensa

Comprar a proveedores conocidos, a granel y producto de proximidad. «Si viene de lejos no lo compres, ten en cuenta la huella de carbono del transporte de las frutas. Consume fresco, ecológico y de temporada». Denuncia el abuso del consumo de proteína animal y productos procesados. «Si queremos contribuir a la sostenibilidad no podemos comer todos los días proteína láctea y además carne y pescado». En supermercados y restauración cada vez hay más opciones ecológicas.
3. Cámbiate al vidrio para guardar y calentar tu comida
«Nunca calientes en plástico un alimento ni metas comida recién cocinada». Lo recomendable es usar vidrio (no cristal), un material que tiene un ciclo de vida y reciclaje casi eterno. Usa botellas, tarros, tápers para guardar tu comida y las sobras. Y no rellenes botellas de plástico, por muy bonitas que sean, se recomienda el vidrio y el acero inoxidable, filtrar agua antes de comprarla embotellada y no dejar los envases al sol.
4. Un huerto en el balcón

Cultivar en el huerto «solo plantas que se vayan a consumir cotidianamente, Para los que quieran un huerto pero no tengan espacio hay soluciones originales y ecológicas como los huertos verticales e hidropónicos (sin tierra, con luz y agua) que permiten cultivar plantas aromáticas, frutas y flores.
5. Conciénciate sobre el desperdicio alimentario

El mejor truco para no tirar comida es elaborar una lista de la compra consciente para no comprar de más.
6. Si quieres saber el color de moda, mira los ríos de la India
«Lo que está en contacto con la piel debe ser de mejor calidad», Apuesta por fibras sanas, sostenibles y naturales, como el lino, cáñamo, algodón orgánico desde la ropa interior, toallas o cojines al colchón (de látex). «Cuidado con el antimonio en poliéster y prendas negras y el cromo en el verde, azul y marrón»la ropa es una de las cosas con peor reciclado, entre otros, porque está hecha de fibras cortas y mezcladas.
7. Un armario solo con lo que te pones
Toca hacer un ejercicio de responsabilidad a la hora de comprar. Reparar en dónde se manufacturó, en las fibras y en los tóxicos. «No es cuestión de tirar ropa sino de darle una nueva vida: reparar, vender o intercambiar», cuenta la autora de Una vida simple. Muchas tiendas recogen ropa y hay contenedores.
8. Del champú a la crema facial de noche, todo ecológico (y a poder ser vegano)
Muchos productos de cuidado dejan residuos en nuestro organismo y en la tierra. Además de conocer el origen y composición de cremas y geles hay que estar pendientes de sus etiquetas (bio, ecológico, no probado en animales, vegano…). Un gran ejercicio de ecología es no usar envases. Hay champú y jabón en pastilla, y en el caso de preferir líquidos, es mejor comprarlos a granel; usar un cepillo de dientes reciclable o de fibras naturales. Otro drama es el de las toallitas íntimas: no son biodegradables. Si se descarta el bidet como alternativa, hay que tirarlas al contenedor de residuos inorgánicos (y nunca, jamás, a la naturaleza).
9. A veces limpiar es más tóxico que no hacerlo…
Usar productos ecológicos es importante porque de las superficies tratadas se evapora el agua y queda el químico. Además de ventilar, De Pereda pide que se recuerde que lo que desechas por aire y desagües va a los acuíferos y al mar. Tampoco son buenos muchos ambientadores. «Limpiamos ensuciando porque introducimos sustancias tóxicas por el uso de productos y estamos expuestos a ellos todo el tiempo».
10. Las plantas limpian el aire que respiras

El papel de las plantas para limpiar la atmósfera de químicos. La solución suele ser poner macetas en el suelo, colgadas o en forma de jardín vertical. «Filtran sustancias del aire con sus hojas, tierra y raíces«. Para limpiar nuestra casa recomiendan plantas de hoja verde como potos, arecas, drácenas, sansevierias, anturios, espatifilos y ficus.
11. Más madera sí, pero sin barnices
Gran parte de los utensilios que usamos en la cocina son de plástico; la madera es un elemento más resistente y natural. Pero, ojo, muchos de los barnices que se utilizan sobre ella son tóxicos. El de la madera con frecuencia se obtiene de fuentes que no son ni sostenibles ni éticas. Un hogar ecológico se preocupará de conocer de dónde viene este material y qué certificaciones tiene.
12. Medir mejor el gasto de agua
«Todavía nos falta conciencia en el uso del agua» pon el lavaplatos y lavadora a máxima carga, con programa eco, y compra electrodomésticos de certificación A+ o A+++. Ó «Usar dos recipientes para enjuagar y aclarar, colocar un aireador en el grifo para tener más sensación de caudal, sin desperdiciarlo. Mejor duchas que baños, y con los dientes, abrir la llave solo para aclararse».
13. Controlar la energía y que esta sea limpia
Además de que minimizar los campos eléctricos en los dormitorios, otras recomendaciones energéticas de Del Río son: cambiar las bombillas por led, no dejar cargadores enchufados ni encendido el piloto de los electrodomésticos. bajar persianas para mantener el ambiente fresco en verano y cálido en invierno «entre 25º y 21º». Y sellar los ventanales, «por donde más temperatura se pierde». Es muy importante que una casa ecológica se asegure de que su energía es verde.
14. Guerrilla contra la obsolescencia programada: repara tus cosas
Siempre ha existido pero desde hace algunos años la obsolescencia programada (la fecha de caducidad de los aparatos) es descarada. Cada vez se arreglan menos cosas porque la calidad de sus componentes es más baja y pueden romperse, porque los artefactos no se pueden abrir y las reparaciones son más costosas que el coste de comprar un electrodoméstico nuevo. «Vincúlate a tus objetos, te han dado un servicio, no los consideres baratos y fáciles de desechar. Si no los quieres, dónalos, véndelos o llévalos a un punto de reciclaje».
15. La trazabilidad, clave para ser ecológico (y sostenible)
Este punto es el más importante. «Lee las etiquetas de lo que consumes. El etiquetado ha de ser de fiar, pero toca demostrar de dónde viene, cómo ha sido hecho y su impacto cuando te quieras deshacer de él». Existen etiquetas para asegurar que los animales no han sido maltratados (i, vegano). «Muchas veces las plumas para relleno son arrancadas del animal siendo pequeño y estando vivo, hay otra etiqueta sobre esto que es Responsible Down», GOTS que certifica toda la trazabilidad de la prenda. OEKO-TEX 100contempla la salud para el consumidor aunque no su responsabilidad medioambiental».